Mujeres Libres Madrid acudirá este sábado 21 a la XV Concentración frente al monumento fascista del Valle de Cuelgamuros para recuperar la memoria de las miles de mujeres revolucionarias que fueron torturadas, encarceladas o asesinadas por luchar contra el fascismo y para denunciar que sigan existiendo lugares que homenajean el terror fascista.
El Valle es un lugar de odio que representa la tortura, el terror contra quienes defendieron ideales de libertad, igualdad y de un mundo mejor. Con nuestra voz queremos dar voz a las mujeres que fueron silenciadas por su lucha contra el fascismo.
Ellas son nuestras referentes, las protagonistas de la protesta social, las mujeres combativas, valientes, revolucionarias y responsables de las mejores transformaciones sociales. Las que trajeron la esperanza de un mundo más igualitario y más justo. Son las que consiguieron con su lucha derechos fundamentales: derecho al aborto, dejar de ser sujetos penales de delitos como el adulterio, derecho a la igualdad en salario, a la educación, mejoras en las condiciones laborales como la Ley del Descanso Dominical o la Ley de Maternidad, que regulaba por primera vez el periodo de lactancia y la baja por maternidad. Eran maestras, sindicalistas, escritoras, obreras textiles… encargadas en educar a los niños y niñas en valores de igualdad, libertad y solidaridad.
Las que, tras el golpe militar que desembocó en la guerra de España, participaron masivamente en todos los frentes de lucha contra el fascismo. En las fábricas obreras, en los hospitales o en el frente sanitarias, conductoras de autobús, en el campo las campesinas que consiguieron colectivizar y enviar alimentos a las ciudades y al frente, lavanderas, costureras, las que llevaban comida a las cárceles para que sus compañeros no murieran de hambre y miseria, las que integraron organizaciones antifascistas llevando a cabo diversas formas de propaganda, agitación, dando mítines y conferencias, las que escribían en revistas, las milicianas en primera línea del frente, las que participaban en las tareas de evacuación, las reporteras, cuyas fotografías ahora sirven de testimonio de aquel horror, las brigadistas, las presas que crearon espacios de compromiso y resistencia en las cárceles.
Tantas y tantas mujeres con las que tenemos una deuda impagable y que, tras la guerra, se vieron sometidas a una represión especialmente dura por el hecho de ser mujeres: el rapado de pelo, la ingestión del aceite de ricino, la cárcel, el robo de sus criaturas, torturas y hambre, los tratamientos psiquiátricos para doblegar su homosexualidad, las violaciones correctivas. Todo lo que formaba parte de los métodos con los que el fascismo se ensañó con ellas y sus cuerpos, despojándolas de su dignidad, para después someterlas a la dictadura de la moral nacionalcatólica. Incluso tras ejecutarlas quisieron menospreciarlas enterrándolas con actitudes vejatorias.
Iremos frente al Valle para homenajear a esas mujeres y para exigir que desaparezca todo homenaje al fascismo y al terror que supuso.
Que se recupere la memoria.
¡Verdad, Justicia y Reparación!
¡Fuera del Valle de Cuelgamuros el fascismo!