Apuesta por tu clase: Contra la segregación de la clase trabajadora

 

Desde Mujeres Libres Madrid nos sumamos y apoyamos las denuncias que están haciendo las asociaciones vecinales de nuestros barrios.

Nos sumamos a sus concentraciones, nos unimos para luchar por nuestra dignidad. Porque estas medidas no las toman por nuestra salud, las toman para señalarnos, controlarnos y meternos miedo. Somos pobres, precarias, pero no ignorantes, llevamos desde marzo cuidándonos y apoyándonos mientras políticos y políticas han repartido nuestro dinero a las empresas privadas de sus amigos. Nuestros centros sociales han estado cerrados, han parado la actividad para dejar paso a actividades para la mera supervivencia: reparto de alimentos, ropa, medicinas, asesoría laboral… Sabemos más de gestionar esta pandemia que los y las caraduras que cobran cantidades vergonzosas de dinero por ello.

No hay dinero para contratar personal sanitario y no sanitario de hospitales y centros de salud y aún menos para tenerlos en condiciones dignas, o eso dicen: no hay rastreadores, ni profesorado; pero sobra el dinero para curas y toros.

No tenemos casi servicio de limpieza. Nuestras calles están llenas de basura, los contenedores rebosan y los parques como estercoleros; y no nos vengan con eso de que «las pobres somos más guarras», porque eso ya no cuela, que todas sabemos que la rica es muy limpia cuando se lo hace su asistenta ;pero su ineptitud hace que no sepa ni hacerse la cama.

Les está sobrando dinero para armar a la policía, el alcalde de Madrid y el ministro de Interior Marlasca ya han puesto toda su policía a disposición de los ricos, el virus no lo van matar; pero con nuestra dignidad lo van a intentar.

Casas de apuestas abiertas, parques cerrados, hacinadas en el metro pero sin poder ver a las que te cuidan, familiares y amigas detrás de una pantalla mientras que su jefe les escupe en la cara.

Medidas pensadas para alimentar al capitalismo. Somos las familias del Sur, las que sustentan este sistema injusto y las que tenemos la responsabilidad de pararlo, de organizarnos, de luchar por nuestros mayores y por la infancia, por la dignidad de nuestra clase.

Contra su racismo y su odio: Sal a la calle, apoyo mutuo y solidaridad.